Sobre el error de disponibilidad y el dilema del prisionero
En el año 75, una de las películas con más éxito fue “Tiburón” (Jaws), película de la cuál más o menos todos recordamos la banda sonora y su protagonista, un enorme tiburón. La proyección del filme causó una bajada drástica del número de bañistas en California, sitio dónde ocasionalmente se puede encontrar algún espécimen cerca de las playas. Curiosamente, el riesgo de ser atacado por un tiburón es varios órdenes de magnitud menor que el de sufrir un accidente camino de la playa. Lo que ejemplifica que la gente no tiene en cuenta los hechos ciertos, sino que se guía o por lo que produce una más profunda impresión o por lo primero que le viene a la mente.
Para ilustrarlo, nos sirve una pregunta muy simple: ¿hay más palabras que empiecen por “r” o que tengan la “r” digamos en la tercera posición? Si no percibimos que hay algún tipo de “truco” diríamos que las hay más empezando con “r”. Y no tan sólo no es así, sino que la cantidad de palabras en el segundo caso es notablemente mayor que en el primero. La causa de este error es muy simple: las palabras, tanto en el diccionario como en nuestras mentes, se organizan a partir de su letra inicial. Así, nos vienen mucho más rápido a la cabeza palabras como ratón o rojo que párpado o marmota. Este es el llamado error de disponibilidad.